lunes, 18 de febrero de 2008

CESTA Y PUNTOS AÑO 66-67

CESTA Y PUNTOS AÑO 66-67
Tras el éxito del primer año el programa sufrió modificaciones. La más importante fue la de cambiar el sistema de puntuación negativo por uno positivo;o sea, que en lugar de puntuar los fallos del equipo contario puntuaban los aciertos propios, salvo en el caso de las faltas personales en que seguían contabilizando los errores del equipo contrario.

Consignemos, eso sí, el magnifico recibimiento que la localidad de Carcagente dispensó a la comitiva de regreso al Colegio. Ni lo intempestivo de la hora ni la inclemencia del tiempo fue capaz de impedir tan magna y entusiasta concentración.Pero no todo son satisfacciones. La responsabilidad contraída es cada vez mayor como representantes de la provincia de Valencia; esto obliga a mirar la intervención inmediata con una mezcla de esperanza y preocupación, al mismo tiempo que a cuidar aún más del nivel de conocimientos de nuestros muchachos para asegurar al máximo nuestras posibilidades de éxito. Preparador: P.José Luis García Rodrigo con el delegado de Minerva.

Hay sana inquietud en el Colegio y en la localidad. Se han recibido y aún reciben numerosos testimonios de congratulación. Equipo y acompañantes recuerdan con satisfacción y en todo tiempo su andadura por Madrid, por Prado del Rey, por las dependencias de Televisión Española, el distinguido trato de que siempre fuimos objeto y, cómo no, la deportividad y preparación del equipo oponente que nos cupo en turno. ¡Hay tema de conversación para tiempo!
¿Qué ocurrirá en un futuro confrontamiento? Esta es ahora la cuestión. Pero en buena parte la llave está en nuestras manos.

Hablemos de los campeones de los Maristas de S.José de León
Los chicos de "Cesta y puntos"






En que país se encuentra la ciudad de Turfeu? Esa fue la última pregunta que lanzaron contra el equipo leonés formado por alumnos del colegio Maristas San José en el concurso Cesta y Puntos de 1967. La formuló Daniel Vindel, que era el presentador de aquel famosísimo programa televisivo, y, al escucharla, los dos delanteros leoneses se miraron. Eran Ricardo Hueso y Luis Alberto Martínez. Titubearon primero y dieron después una respuesta incorrecta. Los árbitros pitaron falta personal. Hueso y Martínez , con su chándal azul, se hablaron al oído y no aparentaban excesivo nerviosismo.
- En Finlandia.
El cronista del Proa escribió que esa nueva respuesta, desde la grada del campo de baloncesto del Real Madrid (donde se celebraba la final del concurso porque el Estudio 1 de TVE se quedó pequeño), «fue recibida con indescriptibles muestras de entusiasmo, y al escribir indescriptible no estoy pensando en el tópico sino en su verdadero significado».



































A partir de entonces comenzaron una serie de celebraciones que seguro recordarán los miles de leoneses que les recibieron en las calles. Se pasearon por León en coches descapotables, aplaudidos por una multitud que les adoraba porque, probablemente, eran las personas más cercanas que habían visto salir por televisión. «Ni a Franco le recibimos así», decía un hermano marista. Y tenía razón.



El caso de los niños del Cesta y Puntos es aún recordado en León por ser una de esas ocasiones, que tampoco son demasiadas, en las que la ciudad alcanzó la gloria. De los nuevos ídolos leoneses, el que más famoso se hizo fue Ricardo Hueso. Sus padres decían que era tímido, pero, cada vez que hablaba, todos su compañeros callaban. Era el capitán del equipo. Había nacido en Madrid y era hijo del delegado de Hacienda en León. En las entrevistas que le hicieron tras su victoria, afirmaba que de mayor le gustaría ser arquitecto y, con el paso del tiempo, lo consiguió. Una vez que había conseguido unas excelentes notas, su padre le dijo que le pidiera lo que quisiera, y el rogó que le dejara quedarse en casa los domingos, a jugar solo.



Luís Roberto Martínez era el otro delantero del equipo leonés. Era el menor de todos, pues tenía tan sólo 15 años cuando se celebró el concurso. Estaba interno en los Maristas porque su padre era veterinario en un pueblo de Orense.







Fernando Nicolás Cañibano y Santos de la Torre Alonso formaban la defensa marista. El primero de ellos tenía como especialidades la Física y las Matemáticas. El segundo, hijo de un conocido joyero de León, se dedicaba sobre todo a las Ciencias Naturales y a la Historia. Actuaron como reservas, que también los había en el concurso, José María Usaz, Luis Roberto Rodríguez, Salvador Monroy, Juan José Callado y Santiago Fernández. Los hermanos maristas Jesús Llamas Llamazares y Luís Ampudia Caballero fueron los preparadores del equipo durante meses. Calculan que, durante los entrenamientos, llegaron a formular cerca de 100.000 preguntas a los chavales.







En León, por aquel entonces, casi nadie sabía las reglas del baloncesto, pues no eran demasiados los equipos que practicaban este deporte en la provincia, pero todo el mundo sabía cuál era el funcionamiento de Cesta y Puntos. Era el programa que mantenía a la gente en casa los sábados por la tarde, en aquel tiempo en el que las televisiones era aún objetos de lujo que no todo el mundo se podía permitir. Quizá por eso, para distinguir los diferentes puestos que había dentro de un mismo equipo, se empleaban terminologías más bien cercanas al que era y sigue siendo, aunque ya se conozca algo de los demás, el deporte rey de este país: el fútbol.







Hasta la avenida Álvaro López Núñez, donde se encuentra el colegio Maristas San José, llegaron telegramas de todo el mundo, de leoneses repartidos por los rincones más insospechados (muchos de ellos religiosos) que se sumaban a la alegría de todo León.



Un premio en metálico para el colegio y un viaje por toda Europa para los chavales fue el premio que recibieron por la victoria. Eso y también el cariño de todos los leoneses que, a partir de entonces, les admiraron y siguieron sus pasos. Pasaron a ser, para todo el mundo, «los de Cesta y Puntos».



Por supuesto, una vez que terminaron las celebraciones, cosa que tardó bastante, tenía que seguir la vida. Los ecos duraron hasta muchos meses después de aquel mes de junio de 1967. Aquellos ganadores y los que dos años después se proclamaron subcampeones (y que probablemente se merecerían la victoria tanto como los primeros, pero, ya se sabe, la historia no entiende de méritos sino sólo de resultados) se convirtieron con el paso del tiempo en cuatro ingenieros, tres abogados, dos médicos, un catedrático y un licenciado en Exactas. Dos de ellos, Martínez y Ameijide, llegaron a cursar dos carreras. Fueron la gloria de una ciudad que, con su participación en 'Cesta y Puntos', aprendió a vivir pegada al televisor.





























De saberes y deporte
Daniel Vindel presentaba 'Cesta u puntos', el popular concurso televisivo que empleaba las reglas del baloncesto para promover el interés por los estudios entre los alumnos de bachillerato de toda España.

Cada equipo tenía dos delanteros, dos defensas y un pivot. Les lanzaban preguntas y, si fallaban, se les pitaba personal. Se enfrentaban dos equipos entre sí y ganaba aquel que consiguiera más puntos.

El mejor reclamo para León

A buen seguro que en los tiempos que corren la imagen de los chicos de 'Cesta y Puntos' se hubiera explotado de una manera muy distinta. Cantidad de medios de comunicación nacionales se desplazaron a León para hacer reportajes de los nuevos héroes. «La familia es la pieza clave de los ganadores de 'Cesta y Puntos', tituló un periódico local».

Les llegaron felicitaciones de todo el mundo, «desde Chile hasta Helsinki pasando por Mieres», que dijo otro cronista. Resulta curioso un anuncio publicado en prensa y que decía: «Caramelos Santos, el creador del leonés 'Ronchito' felicito a los triunfadores de 'Cesta y Puntos', así como a sus familiares y profesores, agradeciéndoles emocionadamente el prestigio cultural que han dado o León. ¡Juventud estudiosa!»

Los Subcampeones

Dos años después de la victoria alcanzada por el equipo marista en 'Cesta y Puntos', en 1969, otro conjunto de este colegio alcanzó la final del concurso televisivo. Fueron Jesús Vega, Manuel Ballesteros, José María Rmeijide, Gabriel Molina y César Lanza, que perdieron en la final contra un equipo de Valladolid y que también mantuvieron a muchos leoneses frente al televisor en las tardes de los sábados.


(Fotos del partido Sagrado Corazon Corazonistas Madrid - Maristas la Merced de Murcia  del 12 de Noviembre del año  1966). Vemos la hinchada con sus pancartas, los regalos que se daban un equipo a otro, el saludo de los capitanes con Daniel Vindel el presentador y éste preguntando ya en vivo durante el programa. En un partido muy igualado ganaron los Corazonistas de Madrid por 111-94.


2 comentarios:

carlitos dijo...

Soy Angel Loma-Osorio, participé en la temporada 66-67 en el equipo de los Escolapios de Logroño y me he quedado totalmente asombrado al encontrar este "paleo-blog". Me muero de curiosidad por saber que relación tiene Rafael con aquellas historias. Un saludo cordial

Bernardo dijo...

PARA CARLITOS:LOMA OSORIO TE HE ESCRITO A UN CORREO DE BLOGGER.COM QUE SALE AL PINCHAR TU NOMBRE PERO NO ESTOY SEGURO DE QUE LO RECIBAS PORQUE ME LO DEVUELVEN. Escríbeme a rablas2@yahoo.es que te contesto si no lo has recibido. QUIERO QUE ME DIGAS TU CORREO PARA MANDARTE UNOS ARTÍCULOS DE LOS PERIÓDICOS DE NUEVA RIOJA Y ALGUNOS DE LA FINAL DEL DIARIO DE LEÓN.